jueves, 23 de junio de 2011

G 20: peristen diferencias sobre políticas con los granos

Informe del diario La Nación de Argentina

No hay consenso en el G-20 para regular los precios de los granos

Francia quiere frenar la intervención de los inversores financieros en las materias primas

Jueves 23 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa
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No hay consenso en el G-20 para regular los precios de los granos
El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, habló ayer en la reunión de ministros de Agricultura del G-20. Foto EFE
PARIS.- La propuesta de Francia de establecer regulaciones estrictas a la fijación de precios de materias primas agrícolas no tiene el consenso del resto de países que integran el Grupo de los 20 (G-20), entre los que está la Argentina.
En el primer día del encuentro de ministros de Agricultura del grupo, que se realiza hasta hoy en la capital francesa, no se llegó a un acuerdo sobre la propuesta presentada por el presidente Nicolás Sarkozy.
Según informó la agencia Reuters, dos funcionarios que asistieron a la reunión en el palacio presidencial francés dijeron que hubo progreso en las conversaciones, pero que todavía no se concretó un acuerdo.
Hasta el momento hay consenso para crear una base de datos de precios y existencias de granos para enfrentar las fluctuaciones de las cotizaciones.
En la apertura de la reunión, Sarkozy fue muy duro con la especulación financiera en las materias primas. "Un mercado que no está regulado no es un mercado, sino una lotería donde la fortuna favorece a los más audaces, en lugar de recompensar el trabajo, la inversión y la creación de valor", dijo el mandatario francés.
El intento de regular los precios de las materias primas agrícolas es rechazado por Brasil y la Argentina, dos países exportadores netos de alimentos que proponen medidas de incentivo a la producción. A su vez, China e India rechazan el reclamo de compartir información.
"La reinversión, la transparencia, la coordinación, la regulación: éstas son las palabras claves de un plan de acción que se debe desarrollar con el (ministro de Agricultura francés) Bruno Le Maire", insistió Sarkozy.
Rechazo argentino
En su exposición, el ministro de Agricultura argentino, Julián Domínguez, rechazó la posición francesa y expresó que el hambre en el mundo no es producto de la volatilidad de los precios sino de la pobreza y de una injusta distribución de la riqueza".
El ministro recordó que "en la historia de la humanidad ha habido grandes hambrunas con precios bajos y estables", y puntualizó que los subsidios de los países desarrollados a la agricultura desalentaron la inversión en Africa y América latina. Domínguez, además, exhortó a aumentar la producción de alimentos "de forma sustentable" con el medio ambiente. Y defendió el uso de la siembra directa en la Argentina (tecnología por la cual no se rotura la tierra). "El 80 por ciento del área cultivada utiliza la siembra directa, lo que permite simplificación de los costos operativos, mejora en un 25 por ciento el uso del agua y reduce el uso de combustible fósil entre un 40 y un 50 por ciento respecto de la labranza convencional".
En la reunión que mantuvieron el mes pasado los ministros del G-20 en Buenos Aires, la Argentina y Brasil lideraron la posición en favor de no regular el mercado de materias primas. Uno de los expositores más críticos fue el ministro de Economía, Amado Boudou. Esa posición fue elogiada por las entidades rurales que habitualmente son críticas del Gobierno por los altos niveles de retenciones a los granos y la cuotificación de exportaciones.
Negociación
Si bien había un consenso general para compartir información sobre los precios y las existencias de los granos, había diferencias respecto de cómo fijar reservas en caso de una emergencia.
"Todavía estamos conversando sobre el volumen necesario de reservas de emergencia, cómo serán administradas y quién pagará por ellas", dijo a la agencia Reuters una fuente de la reunión que pidió no ser identificada.
Otro tema sobre el cual se debatía era la prohibición de incentivos y subsidios a los biocombustibles, con el argumento de que el uso de granos para la producción de energía es uno de los principales factores alcistas de las materias primas agrícolas.
Un documento encargado por los ministros del G-20 a técnicos del Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y las Naciones Unidas, entre otros organismos, recomendó establecer restricciones al incentivo a los biocombustibles por entender que la demanda de energía presiona sobre la oferta de alimentos. La Argentina, por ser uno de los principales exportadores de biocombustibles, rechaza esta posición.