viernes, 16 de marzo de 2012

No quedan reservas para aguardar por el cambio


Los frigoríficos siguen en emergencia, por Ignacio Iriarte

La Voz del Interior - Córdoba 16/03/2012 | 

Durante 2010 y 2011, la industria frigorífica financió sus pérdidas con capitales propios, a la espera de un cambio de escenario...

Entre los años 2001 y 2006, período de retención, se mataron en promedio unos 5,6 millones de vacas, vaquillonas y terneras anuales.
Entre 2007 y 2009, período indudablemente de liquidación, se mataron en promedio unos 7,4 millones de hembras; en 2010, la faena de hembras bajó a 5,2 millones y el año pasado se redujo a sólo 3,8 millones, nivel extraordinariamente bajo no sólo en términos absolutos sino también en relación al stock de hembras al inicio del ejercicio.
Visto de otra manera, si la tasa de extracción de equilibrio es del 25 por ciento y la tasa de extracción observada el año pasado ha sido del 21 por ciento, el resultado es que se “ahorra” o se acumula cuatro puntos del stock ganadero.
Suma de factores. En enero se exportaron sólo 15 mil toneladas res con hueso, con un repunte muy modesto con respecto a las 13 mil toneladas embarcadas en diciembre. De confirmarse esta tendencia, las exportaciones argentinas caerían nuevamente este año, a sólo 220 mil toneladas, volumen sólo parecido al 2001, año de la aftosa.
Se suma todo: el precio del ganado es más alto que en los países vecinos, la ociosidad –pese a la caída continua de empresas– es de entre 35 y 40 por ciento; los precios internacionales de la carne han caído, por ahora sólo entre cinco y siete por ciento; el otorgamiento de ROE es errático y se interrumpe apenas suben los precios del novillo, como pasó en diciembre.
Desde fines del año pasado, además, hay una caída fuerte en el valor de los subproductos, especialmente del cuero, y los costos laborales y energéticos (en dólares) no cesan de subir.
De acuerdo con los datos que surgen de las vacunaciones, la categoría que más cayó es la de “novillos”, que está 37 por ciento debajo de hace seis años. El stock de vacas cayó un 16 por ciento.
El faltante de novillos pesados es tal que la mayoría de las plantas exportadoras tiene un sobrecosto –hoy muy importante– por ir a conseguir novillos cada vez más lejos de sus plantas, por arriba del radio razonable de compra (150 a 250 kilómetros). La competencia del consumo es muy fuerte, incluidos los supermercados, que buscan un novillo de entre 400 y 450 kilos que, en épocas recientes, era terreno casi exclusivo de la exportación.
Durante los últimos dos años (2010 y 2011), gran parte de la industria financió sus pérdidas con capitales propios, a la espera de que algo cambiara. Ahora, con la perspectiva de que continuará la escasez de novillos y vacas, con la expectativa de que de ninguna manera se devaluará, y con la expectativa de que la actitud hostil del Gobierno no va a cambiar, los cierres se deciden mes a mes.
Las dos empresas de capitales estadounidenses ya se han ido del país, y las de capitales brasileños siguen con su plan de racionalización.
Es alentador que haya más terneros, pero se tardará entre un año y un año y medio en que esos animales se conviertan en novillos pesados, y además no hay ninguna garantía de que no se maten antes como terneros de feedlot o como novillito.