El kg
vivo de terneros supera hasta en un 40 % el del novillo gordo.
El diario Correio
do Povo editado en Porto Alegre el lunes 7 de mayo informaba de varias ferias de terneros realizadas en
Rio Grande del Sur en los últimos días en los que fueron vendidos 5.350
animales con una facturación de R$ 3, 9 millones. Tomando el cambio de ese día
donde el dólar americano estaba a 1,92 reales la cifra llegaría a US$ 2.031.250 arrojando un
promedio de casi US$ 380 por ternero.
El mayor promedio logrado por kilo vivo fue R$
4,49 (US$ 2,33) y se registró el sábado 5 de mayo en la 32 feria de otoño de
terneros de corte en Lavras do Sul.
El segundo mejor precio fue obtenido el mismo
día en Sao Borja, en la 40 edición de esta feria, los 2.300 terneros fueron vendidos por R$ 1.400.000 ( US$ 729.166 arrojando un
promedio de unos US$ 317 por ternero). En las referencias al kilo, los terneros
promediaron R$ 3,88 (US$ 2,02) , las terneras R$ 3,47 (US$ 1,80) y las vaquillonas R$ 3,37 (US$ 1,75).
En Casapava do Sul, el viernes 4 se vendieron
1084 terneros con una facturación total de
R$ 835.000 (US$ 434.895 a un promedio de
US$ 401 por ternero), y con un promedio por kilo de R$ 4,35 (US$ 2,26).
Productores preocupados protestan y exigen explicaciones.
Más acá en el tiempo, el 15 de mayo, los
productores protestan contra el precio del novillo gordo según lo informa Globo Rural. Los criadores de Mato
Grosso do Sul están insatisfechos con el
precio del ganado gordo, ya que el precio ha registrado una baja en las últimas
semanas y los costos de producción no paran de subir. Según el criador Jorge
Tupirajara la ración para engorde cuesta
cerca de R$ 1 por kg, y con un animal comiendo entre 1 y 1,5 kgs por día, el
costo se ubica en R$ 92 la arroba en establecimiento, pero al vender, dice, se
habla de R$ 88. La oferta en el mercado interno ha aumentado, la seca en el
Pantanal obligó a los productores a adelantar
las ventas. Además, el mercado mundial también está comprando menos
carne brasileña. De enero a abril de este año las ventas se redujeron un 28 % comparadas con las
ventas acumuladas de igual período del año anterior.
En tanto, según
Expresso MT, la movilización
de los productores que pretenden frenar la concentración industrial en pocos
grupos gana fuerza en Brasil, principalmente en los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, donde
están los mayores rebaños brasileños. “Buscamos explicaciones para saber por que
algunos fueron bendecidos con recursos públicos
a través del BNDES y otros no” pregunta
el superintendente de la Acrimat (Asociación
de Criadores de Mato Grosso), Luciano Vacarí.
Ese era precisamente uno de los puntos
agendados para ser discutido el 14 de
mayo en Campo Grande, en el evento Debate
Pecuaria X Concentración de frigoríficos,
un encuentro organizado por las gremiales
de productores de Mato Grosso (Acrimat) y Mato Grosso do Sul (Acrissul). Vacarí
sostiene que los pequeños frigoríficos
no tuvieron, y continúan sin tener, ayuda del crédito oficial para mantenerse,
“ y el resultado de eso es que el
pequeño cierra por falta de crédito y el grande, que fue bendecido por el
BNDES, compra al pequeño y genera una notoria concentración”.
Informaciones de Acrissul dan cuenta que la
concentración de la industria frigorífica hoy es algo tan preocupante que
solamente 8 frigoríficos responden por el 29,4 % de todo el abasto en el país.
En Mato Grosso do Sul tres frigoríficos responden por el 70 % de los abastos.
En Mato Grosso la situación no es diferente y
apenas un frigorífico es responsable por el 50 % de la capacidad de abasto del
estado y en algunas regiones rey absoluto con el 100 %. A partir del 2009 la
quiebra de frigoríficos tomó cuerpo con la crisis de crédito mundial. En Mato
Grosso los frigoríficos Quatro Marcos,
Arantes, Independencia y Pantanal
cerraron, y Frialto y Mataboi entraron en pedido de
recuperación judicial, mientras que Guaporé
arrendó sus unidades para JBS. “Eso trajo un
perjuicio enorme para los productores que recibieron por defecto de todos lados, y hoy están
rehenes de los bendecidos, y hasta el mismo gran proveedor de los recursos públicos,
el BNDES, imputó al pueblo brasileño, perjuicios a través de sociedades
firmadas con grupos frigoríficos”. Vacarí aún sostiene, que “si el BNDES
pulverizase ese crédito la situación sería bien diferente y el banco debe
explicaciones sobre eso, no solo a los productores, sino a la sociedad
brasileña, que al final es quien paga la cuenta”.