Informe del diario abc de Paraguay
DEFENSA DEL IMPUTADO BUSCA AMEDRENTAR A POSIBLES DENUNCIANTES AL HABLAR DE USURA
Afectados por megaestafa tratan de eludir táctica de Pereira Johannsen
Los pocos que se han animado hasta ahora a denunciar la presunta estafa atribuida al ganadero Alberto Pereira Johannsen se presentan como “capitalistas”, sin citar acuerdo por escrito alguno. Toman sus precauciones para no caer en la calificación de usureros
Esta cifra es prácticamente nada frente a los montos siderales que se manejan en torno a este caso, en que se habla de perjuicios de US$ 12 millones en algunos casos y en otros, de hasta US$ 20 millones. En el ámbito bancario, el BBVA ha admitido que el citado ganadero le ha dejado un “clavo” de casi US$ 7 millones.
Tanto Pereira Johannsen como su abogado, José Domingo Almada, han admitido que los compromisos asumidos con los particulares también representan una suma global importante y que si se les van a aplicar los altísimos intereses pactados, sería un monto sideral, muy superior incluso a la deuda con el citado banco.
Y como principal argumento de su defensa desafiaron a los acreedores a presentar los documentos sobre los préstamos concedidos a Pereira Johannsen, advirtiendo de antemano que con eso se va a probar que la acción delictiva está del lado de los prestamistas que le impusieron tasas usurarias.
“Pereira Johannsen es un deudor, no un estafador, es una víctima de la usura y la usura es un delito”, dijo su abogado a ABC.
En opinión de algunos especialistas del sector jurídico, si se impone esta tesis de la defensa, las operaciones de préstamo hechas con particulares por el denunciado podría convertirse en una especie de crimen perfecto, pues sus acreedores quedarían imposibilitados de hacerle un reclamo judicial por el temor a ser calificados de usureros.
Precisamente, por lo menos dos de los tres denunciantes (Leopoldo Elizeche Torreani y Luis Eduardo Paredes Enciso) que aparecieron hasta el viernes pasado han tratado de eludir esa estrategia de Pereira Johannsen y su abogado, pues en sus presentaciones no mencionan la existencia de documento alguno de por medio, más que los cheques de cobro diferido entregados por el presunto estafador.
Tampoco hablan de crédito o de prestamista, sino de que “el denunciado” les dijo en cada caso “que tenía un negocio de compraventa de ganado, necesitando un CAPITALISTA” (esta palabra figura así toda con mayúsculas en la denuncia) que les entregue una determinada suma de dinero.
Antes que incluir documentos en la lista de pruebas, los denunciantes (ver facsímil) ofrecen testimonios de varias personas, de quienes aseguran pueden dar fe de que fueron víctimas de un engaño “de la manera más grosera”, configurándose así el delito de apropiación y estafa. Los afectados admiten que les ofreció intereses de entre el 9 y el 11% por día.
13 de Junio de 2011